Y después de Iturbide...

Terminada la guerra (o las guerras mejor dicho) de independencia, se forma el primer imperio del México independiente, con Agustín de Iturbide como emperador.

No tardó mucho en iniciar otra guerra civil entre quienes apoyaban el imperio, y quienes deseaban un sistema republicano. El sistema republicano era incitado por los Estados Unidos del Norte, osea, los gringos. No les era conveniente que México fuera un imperio, pues dicho imperio podría conquistar los territorios del norte, coartando las pretensiones gringas de ampliar sus territorios (hacia el sur). La república era la manera más conveniente de desestabilizar al país, pues en México nunca antes había existido esta forma de gobierno; no olvidemos que antes de ser Nueva España (monarquía) existía un poderoso imperio (el Mexica) pero jamás una república.

Santa Anna y otros se adhieren al Plan de Casa Mata, derrocando a Iturbide. Se forma un triunvirato (Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Pedro Celestino Negrete) para posteriormente convocar a elecciones, donde resultaría Guadalupe Victoria como primer presidente de la República. Este señor había luchado como insurgente bajo las órdenes de Hermenegildo Galeana, del ejército de Morelos.

En las próximas elecciones, Vicente Guerrero acusa a Guadalupe Victoria de favorecer al candidato Manuel Gómez Pedraza (del ejército de Félix María Calleja), quien resultó ganador. Guerrero desconoce al nuevo presidente Pedraza y se rebela (motín de La Acordada); Pedraza renuncia y Guerrero es el nuevo presidente de la república.

Anastasio Bustamante, del extinto ejército de Calleja y amigo personal de Pedraza inicia un levantamiento contra Guerrero, apoyado por los centralistas. Guerrero es apresado y fusilado. Se cuenta que mientras Guerrero estaba preso, un veterinario (y veterano) de su antiguo ejército de nombre Jose Faustino Díaz Orozco, nombrado capitán por Guerrero, intentó rescatarlo (junto a algunos compañeros de armas) tratando de subir por las altas murallas del convento que servía como cárcel. Fueron descubiertos por un centinela que debió haberlos matado, de no ser porque este centinela era un antiguo conocido de Díaz y lo reconoció al momento. Este hombre Díaz era nada menos que el padre de Porfirio Díaz.